miércoles, 22 de junio de 2016

Motivo

Tuve un colapso nervioso hace unas noches y fue hermoso, doctor. Estaba en un hotel con un chico al que deseaba desde hacía mucho, él fumaba cristal y yo terminaba de desnudarme.

Me atrajo de él la manera un poco despectiva y altanera de su boca. Pero mientras mi pantalón encontraba el suelo, la intensa lujuria con la que me miraba casi no encajó con el déspota " en tus fotos te ves menos flaca, putita"   Me puso algo nerviosa, más que excitada. Pero avancé hasta la cama en lo que él acomodaba la lata en la mesita de noche, intentando lucir atractiva. No dijo más y me recostó en la cama , acariciándome. A veces me congelo, no es falta de deseo, me da miedo acariciar mal, besar mal, lo que sea , y opto por quedarme quietecita y esperar que acabe pronto. La sonrisa se le volvió oscura al llegar a mi cuello y sentí los dientes, así que lo alejé. No me gustan las marcas porque a él lo ponen triste aunque jure que no le importa.

 Me sujetó del cuello " no te quieras poner muy filosa, aquí quien mando soy yo , perra"  y... déjeme hacer un pequeño paréntesis. De las primeras noches viviendo juntos,  me atraganté con un poco de agua por reírme viendo una caricatura. Ulises se asustó tanto que quedó terminantemente prohibida en casa. Tan dulce, tan...Entonces aquél muchacho ejercicía cierta presión en mi garganta. Seguro pesaba unos veinte kilos más que yo y tenía menos límites debido al cristal, y es curioso que ahora recuerde un sonido, algo como sin origen, menos importancia, como una ventana muy lejos cerrándose o un ave resuardándose, cómo explicarlo, pero ese es justo el sonido que hace la cordura al quebrarse, el mandar al diablo la realidad porque ella fue la primera en dar la espalda. Puse mis rodillas en su abdómen y logré levantarlo lo suficiente para girarme, mi hombro en su pecho y levantarme de la cama, me jaló del cabello y lo arrojé de vuelta a la cama, con todo el peso lo derribé y estampé mi puño en su rostro. El factor sorpresa, nunca esperan la violencia. Me regresó el golpe en el abdómen y repiré fuerte para no perder el equilibrio y darle ventaja.

Enloquecí, doctor. Enloquecí mientras lo sacudía de los hombros y mordía su rostro, aprisionando su tronco con las piernas. ¿ Sentía sus uñas en la cintura, intentando liberarse? ¿ Sentí sus puñetazos en los brazos? En realidad no lo sé.
Enloquecí cuando lo arrojé al piso, pateándolo justo en los testículos con el talón. Enloquecí cuando tomé la navaja con la cual cortó el cristal y comencé a clavarla en sus brazos , quizá un poco en los míos por , en el ardor, no poder distinguirlos. Comenzamos a forcejear y descubrí que su rostro perdió cualquier rastro de altivez, un mohín enojado y esforzado, los ojos brillando con rabia, y sin embargo, en un pequeño descuido, mientras la navaja alcanzó a rozar su garganta, ese pequeño destello de miedo. Arrojé la navaja por la ventana ( estas noches han sido extrañamente calurosas, así que la promesa de un poco de brisa nos borró el pudor ) mientras con un nuevo talonazo , esta vez en sus costillas, un escupitajo en la cara y " ¿ quién tiene el control ahora, mamoncito?" Apenas alcanzaba a tomar mi chamarra y mi mochila.

¿ La gente me miraba por caminar sin pantalón a las tres de la mañana , con un cigarro y sangre en las manos? Es Revolución, doctor. Ahí a nadie le importa nada y todo es demasiado común para impresionar a alguien.  En la fila del oxxo había un tipo con una jeringa en la pierna y eso apenas es nada. Una leche saborizada y pan de chocolate. Le sonreí al cajero cuando miró disimuladamente mis piernas. Me senté en una de las orillas del monumento y comencé a llorar, a reírme por lo inverosímil que acaba de ocurrir y a gritar porque no sabía lo que me estaba pasando, pero intuí que no iba a acabar bien, ¿ Sabe, doctor? Vivimos la vida , las personas como yo, intentando fingir que nada ocurre, que todo está bien, deseando con el alma que de tanto repetirlo se vuelva real, sólo porque hay gente increíble en nuestros caminos, por las cuales la pena soportarlo, taparlo un poco, vale por completo. Pero a veces se hace tan grande, tan insoportable que... Estoy apretando los dientes sobre mi brazo, y ahí noto que la herida llegó hasta el hueso y empieza a dolerme. Me quito la chamarra y rompo un pedazo con los dientes para improvisar un torniquete. Dios mío, sí que hace frío.La situación me alcanza en todos los sentidos y quiero regresar al hotel a ver si el sujeto está bien, pero no estoy segura de no matarlo. No estoy segura de ser capaz de no matar a alguien esta noche y esta vez estoy demasiado asustada para pensarlo al punto que , realmente lo comprenda. La cabeza me da muchas vueltas y los pensamientos fluctúan en recuerdos felices y anécdotas espantosas que desearía no haber vivido. El celular apenas tiene batería y sé que debo hacer el maldito esfuerzo de tomar una buena decisión. Ulises tembló un poco cuando me vio,  sé que manejó demasiado deprisa por la forma en que sus manos todavía parecen sujetar el volante, se apresuró a cubrir mis piernas con su chamarra, a pesar del frío de la madrugada.

Le ofrezco el pan como si nada estuviera ocurriendo, como si mi brazo derecho no escurriera sangre hasta el punto que me fue imposble moverlo. Ulises no me mira con rabia ni miedo, sino con una profunda preocupación y eso es, se lo juro, todo lo que necesitaba para poner mi vida en sus manos, sabiendo que estaba fuera de todo peligro. Camino al hospital, le dije que si podíamos parar antes a comprar aunque fuera un short, obviando la hora, él acarició mi cabello sin mediar palabra. La noche en el hospital fue horrible, doctor, comencé a alucinar , gritaba tonterías y forcejeaba con los que querían ponerme la intravenosa. Rompí mi vena al arrancarme la aguja una vez que lo lograron y amenacé con un bisturí a una enfermera. Ulises entró en medio del revuelo y comenzó a hablarme como niña pequeña, pidiéndome que me tranquilizara, antes que entre dos camilleros me inyectaran un tranquilizante y a él lo obligaran a salir.
Fue una noche increíble, doctor, porque me quebré por completo pero no estuve sola y si debo elegir un motivo para dar gracias de no haber muerto, es sólo por eso. Lo tengo a él.

viernes, 10 de junio de 2016

Ruptura.

No sé si tengo hambre , aunque estoy segura que no he comido mucho estos días. El estómago me reclama la cantidad de licor que llevo consumido pero no me preocupo. Agradezco no haber olvidado los lentes oscuros en el asiento más pegado a la puerta del transporte público con la botella de vodka barato a medias oculta. Pero el olor aleja a las personas, que me miran alarmadas. No me inmuto mucho tampoco. Solicito la bajada y casi ni me fijo al cruzar la calle. El celular vibra y en esas condiciones sé que leer lo que sea que me haya enviado U, me va a hacer daño. Pero no es él quien me escribió " Te amo , pero ya no puedo volver a pasar por esto" antes de bloquearme de la mensajería instantánea. Estoy a punto de marcarle, estoy a punto de correr a su casa y pedirle que lo reconsidere. Es decir, hacía apenas unas horas estábamos felices riéndonos de una anécdota sexual bastante estúpida, discutimos sobre la objetividad de la Naturaleza y de ontología después del sexo. Hacía apenas unas horas me dijo que debíamos hacer una pequeña fiesta por otro examen perfectamente acreditado , una cena romántica, me dijo mientras acariciaba mi abdómen y besaba mi mejilla, quizá una escapada unos días a Cuba, me muero por conocer a tu familia. Le acaricié el rostro contestándole que mi familia ya conocía a Uli y sería como chocante que llevara a un amigo.Pero yo no soy tu amigo, tontita, yo soy tu marido. La sonrisa que mantiene me perturba , acaricia mis manos, al menos déjame soñar que yo lo soy. Me levanto de la cama para buscar sus cigarros.

L sabe mejor que nadie que puedo hacer los comentarios más ácidos del mundo, yo sé que él puede decir las cosas más hirientes del mundo. Pero ambos estamos demasiado expuestos ante el otro, tan frágiles y maldecidos. Acaricio su cabello y comienzo a vestirme, evitando abrir la boca porque sé dónde va a acabar esta conversación.

Déjalo, nena. Por favor déjalo y quédate conmigo, escógeme a mí esta vez.Finjo no haberlo escuchado mientras me subo el cierre del vestido, y él me sujeta para que lo mire. Déjalo.Sacael cuerpo de la cama, arrodillado se abraza a mis piernas y pierdo la capacidad de moverme o hablar. Dame a mí el título, por favor, deja que me quede. La voz delgada no corresponde a un hombre tan alto y fornido, esas maneras frágiles no son de un hombre duro y de la noche como L.
Oh, vamos, cariño, siempre que lo desees podemos tener sexo, no te voy a negar nada a ti, bebé. Me inclino un poco a su altura, sin embargo él se aparta, bastante ofendido.

¿ Por qué mierda siempre crees que esto es por sexo? ¿ Qué nunca te he demostrado lo que siento por ti? Ojalá fueras sólo una cogida ocasional, ojalá sólo te deseara. Me tienes hecho mierda, suplicándote, mendigándote cariño y te atreves a... Se acomoda en la orilla de la cama cuando el llanto se le adelanta. Ya no puedo con esto, A. Deja que me vista y te llevo a la escuela, ya se te está haciendo muy tarde. Ni siquiera me mira cuando salimos de su casa.El trayecto en su camioneta se va haciendo silencioso y pesado, por lo que le pido me deje bajar un poco antes. Apenas asiente como despedida sin responder mi beso de adiós. Me tiemblan los párpados, pero si empiezo a llorar , no tendré tiempo de entrar a clases y estoy intentando terminar bien. Saliendo de clases, rumbo al departamento donde habito para estar más cerca de la escuela, opto por comprar una botella y festejar yo sola que al menos jamás he reprobado ningún maldito examen jamás. Entonces el mensaje, el bloqueo, comprendo todo más rápido de lo que alcanzo a sentirlo. Las lágrimas se disimulan bajo los lentes oscuros, pero los gemidos hacen voltear a una señora que baja las escaleras a mi lado. Debo llegar y tirar el alcohol. ponerme a estudiar, mañana la clase será difícil y sobre todo...Una mierda, ya también fue suficiente. Me tropiezo al abrir la puerta y me deshago de la medias en el camino a mi cama, el vestido. Ya estoy ebria , pero olvidé la cena familiar así que me coloco los pantalones y una chamarra para buscar una líneas en Revolución. La botella está a medias y en el metro no logro conservar el equilibrio al beberla. Mi suéter queda empapado y la gente me mira de reojo, reprobatoria cuando comienzo a reírme.
Mi relación con Puente de Alvarado es complicada porque es el lugar donde le perdí miedo a las peleas, a las violaciones y otros crímenes que me dejaron al borde de la deshumanización, pero también es el sitio donde aprendí lo increíble que es la vida, el concepto de la vida. Sé en dónde están parados los dealers, sé el precio, sé cómo pedirlo. Pero esta es la primera vez que lo haré sola. L siempre estuva conmigo en ese lugar. L siempre hacía esas cosas por mí. L siempre me hacía sentir bonita e inteligente y por eso supe que no lo merecía. Pero lo deseaba con el alma. Los momentos que más amo de la vida son aquellos que no puedo recordar por haber estado hasta el culo con él. Si estudié una carrera unversitaria fue únicamente porque él creyó que yo era capaz. Si no me volví completamente mala fue porque él me consoló cuando lo necesitaba. L siempre estuvo conmigo y aunque a ojos muy juiciosos, me llevó por mal camino, lo cierto es que nunca se alejó ni un sólo paso para recorrerlo conmigo. Es más fácil de lo que esperaba. Cuatro pequeños papeles con diferentes polvos, una cajetilla de cigarros,una jeringa y dos mazapanes. Ahí quedó todo el dinero que guardaba y ya no tengo manera de volver a casa de mis papás u otro lado. No es como que tenga planeado sobrevivir esta noche de todas formas. Camino hasta el espectaculaf de coca cola donde L me besó por primera vez hacía ya un par de años. No tengo cuchara, así que con la parte metálica del botón de mi pantalón, me las ingenio para preparar la h. Lo siento en la espalda. Amo esa sensación de estar en el limbo y lo poco que importa. Se van acallando los recuerdos de mi papá confesando tener otra familia, de Gerardo mandándome al demonio porque su novia no veía con buenos ojos nuestra amistad, de U rompiéndome en la cara mi carta de aceptación a la Universidad de Austria porque si no podía irse conmigo, no iba a dejarme ir. De L no soportando conmigo eso. El corazón lastimado se impone a los efectos de la heroína y comienzo a llorar descontrolada. Siento que es demasiado , siento que necesito un minuto de estabilidad en mi vida pero simplemento no podré tenerlo porque no lo merezco. No puedo darle a L lo que me pide pero quiero exigirle que no me abandone. No puedo ser tan egoista y seguirlo lastimando. Sé cuánto cuesta la vida pero ya no puedo pagarla. Abro mi mochila buscando algo con qué hacerme daño. Mi celular vibra, mensajes cálidos de mis amigas, mi mamá preguntando cuánto voy a tardar. Me siento extraña. Me siento desconectada de mi cuerpo y lo que pienso. Pero esta vez es demasiado. Me siento vacía y ya no sé con qué llenarme, no puedo pedir ayuda porque no queda nada para ser rescatado. Soy sólo un pedazo de carne exhibida demasiado, soy un desperdicio de aire. Abrazo mi mochila llorando cada vez más fuerte. En el piso hay un vidrio roto y eso calma mi llanto un poco. La luz se difracta en la superficie cristalina. Me hago daño en los dedos con su filo al sujetarlo. Después de esta línea de coca ya sé cómo acaba, después de este pinchazo de h ya sé cómo acaba. Y no tengo miedo.