jueves, 29 de octubre de 2015

Claroscuros.

Soy maniacodepresiva.Desde muy pequeña me definían como algo berrinchuda y de caracter difícil.Cuando llegó la hora de las hormonas, fue demasiado para mis padres y me dejaron a cargo de mi abuela, la única con el suficiente amor puro para soportar mis semanas llorando en la cama sin motivo o mis excesos de buen ánimo que terminaban en brazos rotos y cicatrices. Hay un vacío en la historia. Cuando regresamos de Tabasco, las cosas sólo podían empeorar. La mala salud , al filo de la muerte de mi abuela , sólo podían poner el minutero a lo que pasaría. Cuando por fin llegó la noticia, yo no lloré, todo el velorio hasta terminar en aquella ridícula caja que acabó en la mesa , no lloré. Me reía en el baño y todos decian que era una malagradecida. Ella hubiera entendido, sin duda, que sólo podía significar que por fin había llegado al límite y me cansé de luchar por la cordura porque ya no había motivos.Pero sí un rosario de claroscuros.


Alcohol, promiscuidad, excesos, Ulises, noches perdidas, peleas, anorexia, bulimia, intentos de suicidio, lágrimas, malas compañías. Carrera en el extranjero, estéticamente agradable para la sociedad, premios en literatura. Treintaycinco kilos. Seis meses en el psiquátrico. Volver al país. Otra carrera rimbombante, Ulises, cincuenta kilos, anorexia, bulimia, L, drogas,D, heroína. Sobredosis, casa en buen barrio, intentos de suicidio, peleas, prostitución, alcohol, Antisicóticos, eutinia, carbonato de litio, familia, sangre, lágrimas, homicidio, violaciones, sol en la cara, frío en la noche, heroína...

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