El azul de las venas deriva en piel multicolor al contacto con el reflejo de los espectaculares. Estás tan blanca que puedo ver los cristalitos deshaciéndose, muñeca.L coloca mi cabeza en sus piernas dejando el cigarro en el borde de la banqueta para acomodarme sin quemarme. El humo se difumina con mis pensamientos mientras la h recorre mi torrente y L tararea. Estar a medias colocada tras un largo día en el trabajo , en una calle de Revolución con L , es lo más cerca a la salud y al amor ideal que estaré nunca. ¿ Sabes qué soñé la otra noche , L? que íbamos a un hotel de esos caros donde en lugar de Rosa Venus ponen Qatar Royal Soap o algo así , y bailábamos el Pequeño Vals Vienés porque estábamos demasiado drogados para coger pero importaba poco porque estábamos tan unidos y te sentía tan cerca y cálido para mí...
Pues vamos. La celeridad y seguridad en sus movimientos me contagian entre risas y vamos corriendo por las calles. Qué importa el rumbo que vamos tomando , si él ilumina las calles con su sonrisa antes de que las pisemos , y su mano en la mía me hacen saber que tenemos todo lo que necesitamos estando juntos. Pronto las prostitutas y ladrones de poca monta son reemplazados por faroles y pequeños parques en el paisaje. Entonces nuestra vestimenta y los lentes oscuros de L empiezan a desentonar pero apenas lo notamos, en nuestra frenética carrera, hasta toparnos con una de las regiones más favorecidas de la capital , y la opulencia de un hotel nos corta el paso. L abre la puerta y con una reverencia me cede el paso. El aliento entrecortado baja su volumen ante la vergüenza de no encajar, con mi vestido sucio de cristal violeta y las botas viejas. Pero nunca se intimida , con la frente en alto corta al guardia de seguridad que se acerca a nosotros gracias, ya sabemos dónde queda la recepción, tome, buen hombre, dejando un par de billetes de alta denominación en sus manos. Lo aturde lo suficiente para llegar a la recepción, y adelantándose a la señora con gesto agrio y altivo, ya dispuesta a echarnos, saca de los bolsillos de su pantalon raído y polvoso, todo el dinero que lleva encima. No me vaya a decir que no puedo pagar, ni se atreva a echarnos que aquí está mi identificación y todo. La tarjeta de negocios de L, con su rimbombante puesto, el montón de billetes y el tono decidido afloran la lambisconería en la recepcionista. Después de tener la llave, busca en el recibidor algún cajero alegando que esos hoteles finos siempre tienen más de uno. L va , y unos chicos se ríen mientras alternan miradas a nosotros y cuchicheos. Él no lo nota, pero yo comienzo a empequeñecerme y sentir que fue mala idea . Vamos caminando por el pasillo con los chicos del recibidor tras nosotros, L le resta importancia , hasta que uno de ellos susurra " esa puta se vería menos corriente con mejor ropa porque no está tan fea"
Intuyo su violencia antes de escuchar su puño encontrando el rostro del chico, los gritos callados por su mano libre para no llamar la atención. Un escupitajo como amenaza final. L con sus casi dos metros y su cuerpo fibroso , no delgado aún como junkie y sus maneras de chico rudo siempre logran imponer. Cuando llegamos a la habitación, quiero recorrer cada detalle, quiero sentir hasta el cristal de la manija del baño. Lujos que desconozco , y si no fuera por él, jamás sabría de su existencia. Deja su chamarra en la silla frente al enorme espejo y enciende la pantalla. Rodeo su cintura como agradecimiento por haberme defendido.Estas pinches pantallas ya hasta traen youtube me dice antes de girarse y tomar mi mano.
" En Viena hay cuatro espejos..."
La cadencia la dicta él, recargando mi cabeza en su pecho y ciñendo mi cintura contra él. En un momento su mano aprieta más la mía y lo miro a los ojos Nena...¿ ya le contestaste el mensaje a ese?
busco más su calor, vacilando en mi respuesta . Ese momento es nuestro, es un amor que no puede tener nadie más y aún así estoy llena de dudas y aún así...
Dejaría con gusto cada uno de mis dientes en cualquier pelea para defenderte, muñeca , sin pensarlo, cualquier imbécil que se atreve a tocar siquiera un cabello tuyo ya tiene mi odio ganado...Pero no puedo hacer nada contra tus decisiones, nena, sé lo que valgo, todo el amor que puedo ofrecerte...Pero sé que te vas a ir , muñequita, sé que en cualquier momento ... Lo sé...
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