domingo, 1 de mayo de 2016

Camino

Hace tres días vomité en un baño público. Llevaba cinco días sin comer y se lo aseguro, más que mental , fue física la necesidad de vomitar. Nada me da vergüenza, supongo, porque los demás cubículos estaban llenos y cualquiera pudo escuchar cómo introducía mis dedos en la húmeda y lastimada garganta ( me gusta darle sexo oral a mis amantes ¿ sabe? pero él fue demasiado impetuoso y apenas lo contuve para poder respirar) Seguro el calor hace conspicuo mi suéter pero ya lo sabe, tan acomplejada como estoy, jamás usaría un vestido sin mangas libremente. Lo utilizo para limpiar mis mejillas y dedos ya que no hay papel higiénico. Recibo un par de miradas cuando me paro frente al lavabo, a mojar mi rostro y lavar los restos de mi boca.  Los hombros anchos, no puedo sostenerme, el colgajo de grasa en los tríceps, me doy asco, odio mi piel, odio mi rostro redondo, odio... Necesito salir de ahí, mis pulmones no lo van a sopotar, ya no puedo mirarme, necesito salir. Coloco el suéter de vuelta en mi cuerpo sin importar la mancha. Sé que yo le pedí vernos, sé que hice todo el viaje de esa otra soledad a esta nueva amargura, creyendo que su cariño tibio podría hacerme olvidar que llevo cinco días ayunando, pero eso sí, jalando coca hasta la hemorragia. Que hace cinco días no tengo un lugar para dormir.

¿ Qué tan honesta puedo ser conmigo misma? Un par de horas antes de verlo a él, había estado en un hotel con otro chico que a veces accede a mis pedimentos sexuales. Me encanta su piel y sus ojos, su culo redondo y lo varonil de sus piernas. Sin embargo me vulnera porque hay algo de ternura en la manera de desnudarme, amabilidad en sus órdenes " acuéstate, ponte en cuatro" que por el tono hacen innecesarios los porfavores. Me vulnera la ternura porque he vivido suplicándola pero en realidad no puedo soportarla. Me congeló al besarme la espalda y ya no pude hablar, sólo sabía que necesitaba salir de ahí. Espero no haber sido descortés, espero no ... Caminé un par de calles sin saber realmente a dónde ir, menos qué hacer. Fumé mucho, con el sol nublando mis ganas de buscar un poco más adelante algo qué meterme en las venas. Revisando el celular apareció su número, creo que él está enamorado de mí pero, ya sabe. Por dentro mío no hay nada y lo único vivo responde a una única voz. Le llamé mordiéndome las uñas ( seguro en su oscuro y enorme expediente ya lo supo, pero de pequeña tuve brotes de dermatofagia) y cuando me dijo que me esperaba, casi sin notarlo caminé hacia al metro. Me gusta hacer pesas porque así puedo ayudarle más fácil a las señoras o señores mayores a bajar o subir bultos pesados. Le regalo un boleto a un niño pequeño ya que tenía dibujado un pequeño elefante.

No quiero pensar en su rostro moreno porque me aburre ni en la ansiedad que me llevó a comer, o de nuevo su rostro desconcertado cuando le digo que debo irme, el empujón cuando sujeta mi brazo.

Tengo mucho tiempo para pensar rumbo al metro. Los pasos se acortan , hoy besé a dos hombres  ¿ sabe? y no pude evitar recordarlo...


L llegó con una camisa de mujer y los labios pintados, intuí las drogas duras en su pantalón por la sonrisa ancha que se detuvo cuando me vio llorando. Me sequé las lágrimas e intenté reírme " Pasó algo graciosísimo, L, llegaron dos tipos y decidieron que querían coger conmigo, no es como que yo lo haya deseado y me lastimaron un poco, pero esto es lo gracioso, no soy más que una maldita puta, entonces no es como que importe ¿ no?"  Esa fue la primera vez que L me abrazó. ¿ Sabe cómo abraza L? Como si el mundo tuviera un lugar donde sólo usted puede pisar, que sólo a usted pertenece. " Mi muñequita, mi chiquita ¿ quiénes fueron los hijos de perra? No te atrevas a decirme que no importa"  mentiría si dijera que no  me sobresaltó esa actitud. L no era hostíl conmigo, sin embargo siempre fue impersonal , apenas como otra chica en la fiesta, apenas como su amante segura, apenas como la persona que nunca le temía a probar algo nuevo junto a él. Cautelosamente limpié las últimas lágrimas en su camisa " te aseguro que me sentiré mejor después de un harponazo, guapo" Su rostro es ovalado, los ojos café oscuro recubiertos por unas pestañas gruesas y a contraluz amieladas como su cabello, se humedecieron ofendidos, la barbilla fina de niño de alta cuna tembló encolerizado " Las drogas no son un pegamento, Alicia , y tú sólo estás horriblemente rota. No eres una jodida femme fatale, eres una niña con mala suerte y no soy tan irresponsable como para seguirte metiendo en esto" Recuerdo que no tuve valentía para empujarlo, abofetearlo, escupirlo. Es más pesado que yo ( ¿ lo será todavía?) y mucho más alto. Sólo pude torcer la boca " ya es un poco tarde para brotes éticos¿ no crees? digo, la heroína ya no es como un juego de niños, además yo puedo cuidarme sola, no necesito complejos de héroes" solté mi brazo de sus manos, mas el me envolvió efusivo con su cuerpo , besándome entre el cuello y los hombros " ¿ cómo voy a dejarte confiar en ti misma cuando nadie te ha lastimado tanto ?  ¿ cómo me pides que no te cuide? Somos dos niños heridos, Venus, somos dos malditos exiliados ¿ tienes un minuto para escucharme? Déjame creer que tú puedes comprenderme..." L lloró conmigo y fue la única vez que hablamos de su vida. Después de eso perdí las esperanza pero tuve una única certeza, esa sin la cual después no podría haber vivido.



No perdí el camino, es que nunca hubo otro. Es que hay gente que nace bajo una luz equivocada, con un signo torcido y no puede ocultarse , no me diga que no lo he intentado, no me hable de fórmulas mágicas. He estado derrotada, de rodillas suplicando a lo que sea que deba suplicarse para no tener qué seguir andando . Porque no perdí el camino, es el único. Y es mayor a mis fuerzas, y ya no tengo el valor de preguntarme si más adelante hay esperanza, si acaso hay... Suplicaba una segunda oportunidad ¿ sabe? debería saberlo en ese largo y oscuro expediente lo mucho que intenté . Dieta sana, visita al psicólogo cada martes , horas contadas frente a los libros, horarios estrictos respecto al ejercicio y la comida, dedicarle tiempo a la escuela, un trabajo que puede decirse, tiempo a la familia, salidas con Ulises. Ahorrar, mejor trabajo, peso ideal, posibilidad de pagar un departamento, relación sana. Vivir juntos. Permitirle pequeñas fiestas. Ausencias, limpiar de nuevo el baño. Evitar a L y los excesos.Él está enamorado de otra y yo ya no tengo dónde pasar la noche...


No perdí el camino, nunca pude escapar de él. Porque ¿ a dónde más puedo ir ahora? No podré sobrevivir otra noche pensando que cuando Ulises decidió que no era suficiente para él, perdí mi casa, perdí peso, perdí el trabajo, perdí el semestre. Y con muchos golpes, recuperé mi casa, recuperé peso, recuperé el semestre, recuperé el trabajo, incluso lo recuperé a él. Pero no me recuperé a mí misma y no dejo de pensar que L tenía razón ¿ cómo voy a poder confiar en mí misma si siempre estoy intentando dañarme, si en verdad soy incapaz de cuidarme? ¿ Por qué iba a querer buscarme yo misma? Mi mayor problema es la dependecia, dijeron.  Mi miedo a estar sola. ¿ Fueron muy claros al narrarle qué clase de monstruo sin alma soy?

El metro avanza y logro sentarme después de unas cuantas estaciones. Me duelen las piernas , sonrío lúbrica,  la distancia entre Revolución y Buenavista no es significativa si camino con un par de líneas encima ¿ por qué no acompañarlas con un par de cervezas? Total hoy no trabajo y no tengo dónde pasar la noche, total, L no va a aparecer nunca más por esas calles vestido de mujer porque él comprendió hace mucho que  había un camino y no era el mismo para ambos. Total, mañana le marcaré de nuevo a Ulises para mendigarle cariño porque él es mi único camino. Las puertas se abren, pitidos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario