jueves, 15 de enero de 2015

Regresos


Respirar. Abrir los ojos y sentir el dolor en todo el cuerpo. Quitar el brazo sea cual sea de la cintura, buscar la ropa interior, vestirse, besar la frente de ambos, no hacer ruido al salir ni correr, caminar. Esquivar las miradas a mi cabello, no vomitar en el transporte público, pensar una canción, dormitar hasta sentir el golpe en el hombro del policía. Caminar un poco más.



Llegar a casa, encontrarlo dormido, huir al baño, escucharlo susurrar, temblar bajo sus brazos, agradecer el beso, entrecerrar los ojos, sus palabras amorosas. No llorar. No pensar.

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