Respirar. Abrir los ojos y sentir el dolor
en todo el cuerpo. Quitar el brazo sea cual sea de la cintura, buscar la ropa
interior, vestirse, besar la frente de ambos, no hacer ruido al salir ni
correr, caminar. Esquivar las miradas a mi cabello, no vomitar en el transporte
público, pensar una canción, dormitar hasta sentir el golpe en el hombro del
policía. Caminar un poco más.
Llegar a casa, encontrarlo dormido, huir al
baño, escucharlo susurrar, temblar bajo sus brazos, agradecer el beso,
entrecerrar los ojos, sus palabras amorosas. No llorar. No pensar.
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